Han sido 25 años de trabajo continuado inmerso en un mundo, el de la restauración, que llega a absorberte. Un gremio donde siempre son pocas las horas dedicadas, un mundo sin fines de semana ni días de fiesta, trabajando cuando y donde los demás se divierten, pero un mundo que compensa al que tiene vocación , una vocación , la de servir, que aun mantengo y que me sigue llenando de ilusión , la que me hace afirmar que aun no ha llegado mi banquete definitivo. Pero mirando atrás y con la humildad ...